jueves, 23 de marzo de 2017

Latín (Jueves 23 de marzo de 2017)

Hoy en Latín Germán nos propuso hacer otro juego, durante la ejecución del cual la clase comenzó a ser algo distinta. La actividad consistía en que un/a compañer@ tenía que describir en latín unas imágenes y los demás teníamos que adivinar de qué foto hablaba: admito que no participé mucho al principio porque habían algunas palabras que no recordaba muy bien y, sin ellas, prácticamente no podría haber dicho mucho si me hubiese presentado voluntaria. Después sí que comencé a hablar un poco -aunque más que ello, pensaba cómo podría describir las imágenes- y, además, me apunté el vocabulario que no recordaba para que no se me volviese a olvidar. Así que considero que, aunque no pude decir mucho, al final esta actividad fue productiva: a veces para poder aprender solo hace falta callar, escuchar, atender y contemplar.

Esta parte solo han sido unos 15 minutos de clase porque, tras oírse una acusación a lo lejos mientras hacíamos la actividad, los restante han sido usado por varios compañeros para pasársela discutiendo; prácticamente la causa del conflicto ha sido el típico hecho de hablar a las espaldas de los demás. El estar callada me permite saber más de lo que ocurre a mi alrededor, así que puedo decir que, si hay que echar la culpa a alguien, que sea a ambas partes: una por hablar concretamente de la acción de unas determinadas personas cuando, en realidad, dicha cosa también la llevan a cabo casi todos, y otra por no decir las cosas a la cara si le parecía mal que le hubiesen acusado "a sus espaldas" (porque más que nada era muy probablemente tan solo un ejemplo). De normal, estos temas no me importan en lo absoluto, pero cada día aprendo y comprendo que la ignorancia nunca es buena y que siempre hay que luchar contra las injusticias. 

Estoy de acuerdo con lo que ha dicho Germán: hay que ser valiente y decir las cosas a la cara. Sin embargo, también hay que entender que cada quien tiene su historia y los sucesos ocurridos en ella pueden o hacerte más fuerte o provocar que te sientas atemorizado con la tan sola idea de mirar a los ojos a alguien y decirle lo que piensas. Siempre me solía ocurrir la segunda, por suerte ahora sé que no está bien y que lo que hay que hacer es enfrentarse a los demás sin usar la brutal violencia, sino la lógica palabra, o también pasando de lo que piense la gente y ya está. Pero bueno, termine como termine este "conflicto", esperemos que este asunto personal no afecte mucho a la clase: 35 minutos perdidos de lección han sido suficientes para llegar a esta petición.

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