Ambos fueron muy sencillos de hacer, un poco más el primero porque solo había que poner el número a la estructura correspondiente. El segundo solo costaba un poco si no podías encontrar el dativo de la palabra que había que escribir, pero en realidad eso era algo que, en caso de que ocurriese, tomaba unos pocos segundos el encontrarlo.
A la hora de corregir el segundo ejercicio me ha pasado un poco como en Latín, pero en este caso ha sido principalmente porque pensaba que Germán iba a decir: "¿quién quiere corregir?" y entonces me hubiera ofrecido voluntaria. Así que voy a tener más reflejos y algo más de iniciativa a partir de la próxima clase (bueno, desde la del viernes, porque la de hoy -miércoles- ha sido algo similar a la del martes).
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