martes, 14 de febrero de 2017

Literatura Universal (13/02/2017)

Como música de acompañamiento para esta noche: https://www.youtube.com/watch?v=DPz_P1dUoX8 Hoy (ayer) seguimos con la parte en la que Romeo y Benvolio están conversando, el primero confesando al último el amor que siente por Rosalía. (Por esta parte hace una pequeña referencia a Diana, diosa de la Naturaleza y protectora de la virginidad, y Germán nos contó la historia de Diana y Arteón... El final no es muy común, la diosa termina convirtiendo a Arteón en un ciervo y los perros de este se lo comen). Pero no sólo cuenta a Benvolio que está enamorado de Rosalía, sino que no es correspondido por ella ya que esta huye de sus palabras de amor; burla las pueriles flechas del "rapaz alado", que es Cupido, y "no la rinde el oro", es decir, que no deja que Romeo la toque ni siquiera. También afirma que Rosalía es "rica" porque es hermosa y que, sin embargo, es pobre por no disfrutar de su belleza (carpe diem: disfruta el momento).

Después de tal confesión, Benvolio le dice a Romeo que, si no es correspondido, se centre en otras; pero, según el enamorado, si lo hace va a darse cuenta aún más de la belleza de Rosalía.

Tras esta escena aparece Paris, junto al señor Capuleto, intentando negociar con este su compromiso con Julieta, pero Capuleto le pide que espere un poco más porque considera que Julieta aún es muy joven para ser esposa y madre; a esto último Paris le responde con que ya hay madres que son más jóvenes que ella. Prácticamente como una forma de evitar la boda, Capuleto anuncia al gobernador que va a haber un fiesta en su casa y que puede ir para conocer a más mujeres aparte de Julieta; luego de eso, el padre de esta pide a un mensajero que invite a la celebración a quien sea que se encuentre en la calle -siempre y cuando no sea Capuleto- y por dicha razón -junto con el factor de que es mensajero no les conociese- Romeo, Benvolio y Mercutio terminan con una invitación, preparándose para la fiesta.

Vimos hasta aquí, mañana seguramente leeremos la escena de la fiesta y el encuentro de Romeo y Julieta que mostrará lo enamorado que Romeo estaba de Rosalía. Aunque me identifico un poco con el hecho de que, con tan sólo verse a primera vista, ya estuviesen prendidos del otro: a veces, el amor a primera vista no tiene por qué ser por físico, sino por una mirada, un brillo... Los ojos son el reflejo del alma al fin y al cabo.

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